viernes, 26 de diciembre de 2014

Escuela de padres: ¿sería conveniente involucrar a las familias en los centros?




  La adolescencia es una etapa convulsa y llena de cambios a nivel intelectual y físico. Cada vez son más independientes,  quieren probar sus propias capacidades y construir así su personalidad y su estatus dentro de un grupo de pares.
  Sin embargo, un desarrollo adecuado de estas habilidades básicas para la vida de adulto solo se consigue si el apoyo y el involucramiento de los padres es constante desde la niñez. Por esa razón, es clave que los padres sean conscientes de la importancia de la educación de los hijos y que hagan un esfuerzo por ellos para conseguir que tengan un buen desarrollo, no solo educativo, sino también psicológico.
  De este modo, cuando los padres participan en la enseñanza de sus hijos, estos tienen mejores habilidades interpresonales y son más empáticos. Una buena forma de mantenerse al tanto de las actividades del hijo son las siguientes: asistir a los eventos escolares, pedir información sobre lo que ofrece el centro, asistir a reuniones de organizaciones de padres, ofrecerse como voluntario en la escuela, y si no tiene tiempo por el trabajo intentar ayudar  desde casa.
Además, existen proyectos innovadores como la Escuela de Padres que ya se lleva a cabo en muchos centros por los que un orientador, un profesor, o un voluntario enseña a los padres para que participen en las clases de sus hijos.


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