El Aula de convivencia es una respuesta de la organización ante un conflicto que surge en el aula y que no permite el desarrollo normal de las clases por el comportamiento de uno o varios estudiantes. Es decir, se trata de echar al alumno conflictivo del aula. Pero, ¿hasta qué punto es eficaz esa sanción? ¿Hasta qué punto no supone deshacerse de la manera más fácil del problema, sin atajarlo de raíz? Las respuestas a estas preguntas dependen, como indica la Orden del 20 de junio de 2011, de la actuación y la coordinación del tutor y el departamento o equipo de orientación educativa. Si la sanción consiste en expulsarlo de clase para que esté en los pasillos o en el patio del centro sin ningún tipo de actividad concreta esta penalización será totalmente inútil, ya que para muchos de estos alumnos conflictivos salir de clase en estas condiciones resultaría un premio. Sin embargo, si esta expulsión del aula tiene como objetivo continuar con el aprendizaje, favoreciendo la reflexión y la responsabilización de sus actos, sí será efectiva. Pero, para ello, es necesario que se tengan a disposición materiales para hacer lecturas o ver vídeos acerca de los daños que haya hecho el alumno y, en caso de ser daños físicos a las instalaciones, siempre debería repararlas personalmente o pagar los daños para que sienta que sus actos tienen consecuencias. Es decir, nunca dejarlos desantendidos, sin ninguna actividad concreta que realizar.
La Orden del 20 de junio de 2011 que regula las Aulas de convivencia: http://www.juntadeandalucia.es/averroes/convivenciaeigualdad/guia/aula_normativa.html
Guía para la elaboración del Plan de Convivencia: http://www.juntadeandalucia.es/averroes/convivenciaeigualdad/guia/aula.html
Estoy de acuerdo con esta opinión. El aula de convivencia debería ser un espacio en el que el alumno reflexione sobre lo que ha hecho. En ningún caso debería ser una hora libre o de recreo que no sea aprovechada por el alumno. Es necesario un diálogo entre el alumno y el profesor para tratar de averiguar el origen o causas del problema.
ResponderEliminarEn determinadas ocasiones la opción más fácil para el profesor es que la persona problemática abandone el aula para que él pueda continuar con su clase, pero no olvidemos que si ese momento que debería ser de reflexión, no se aprovecha, acaba siendo perjudicial para el alumno.